viernes, 6 de junio de 2014

Objetivos De Investigación

por alejo-k-

Anoncol17Colombia

Miles de policías, guardiacárceles y sus familiares empezaron a recibir mensajes de un celular anónimo desde el 14 de noviembre pasado: “Hola a Córdoba. Somos Anonymous. Por este medio estamos declarando la operación `Juanes en Marcha`”.


Según consignó la agencia Télam, ese fue el primero de una seguidilla de mensajes que denunciaba la corrupción de los altos cargos de la Policía:  “Entendemos que sus jefes y directivos los han abandonado por miedo o porque forman parte de esta red de corruptos. Pedimos que nos dejen ser su voz y que nos brinden información anónima de todos los temas que salen a la luz porque no les permiten hablar. Les pedimos que se hagan escuchar y reclamen su derechos”.
Los mensajes se multiplicaron a diario, incitando a marchar, protestar e incluso acuartelarse, con el objetivo de reclamar mejoras salariales, un bono de fin de año y una limpieza de la imagen de la fuerza.
El día de la primera marcha, otro mensaje masivo denunciaba que los “jefes desayunan facturas de manteca, criollos de hojaldre y almuerzan lomo a la pimienta, las mejores pastas y lo que pidan”, “tienen combustible gratis, choferes para ellos y su familia, y un policía cuidando su casa las 24 horas”.
Y otro mensaje seguía denunciando: “hay compañeros que no tienen para comer, con hijos que no tienen qué vestir”. “Barrer la calle es más remunerativo que salvar vidas y detener a delincuentes”.
“Somos esclavos de la corrupción y de jefes sin escrúpulos”, remarcaba el mensaje. Unos días después, se anunciaba la creación de una página en la red social Facebook denominada “Familiares De Policías De La ciudad De Córdoba”. El domingo último circuló una grabación de audio del comisario mayor Oscar García, jefe de Distrito II, quien amenazaba a sus subalternos con días de arrestos si seguían con los reclamos, y los llamaba “maricones de mierda”.
El lunes nuevamente los mensajes daban cuenta de que los adicionales se cobran a menos de la mitad de lo que se le factura a las empresas privadas. Ese mismo día, el Ministerio de Seguridad dispuso un aumento en los adicionales, pero eso no evitó que horas más tarde, llegara el mensaje de que empezaba el acuartelamiento en el Distrito 5.